Programa de futbol americano del Colegio de Bachilleres plantel Tijuana Siglo XXI

domingo, 14 de junio de 2009

¡DULZURA!

Una historia para leer y sentir.

¿Qué esperarías de un corredor profesional que en su primer juego corrió ocho veces con la pelota y no ganó ni una sola yarda?
Él fue Walter Payton.
Hoy quizá su nombre no signifique nada para tí, pero espero que al final de esta lectura sepas lo difícil que es aprender a jugar este deporte y no rendirse en su camino para ser el mejor a pesar de los resultados.

Walter Payton nació en 1954 en Columbia, Mississippi, en el corazón de una comunidad racialmente presionada en el Sur.
Edward y Alyne Payton tuvieron tres hijos, Eddie, Walter y Pam, quienes crecieron en el pequeño pueblo divirtiéndose con la oportunidad de acampar, pescar y andar en bicicleta.
Los hermanos Eddie y Walter se involucraron en cuanto deporte pudieron.
Durante los veranos, la mamá Alyne se encargaba de colectar y apilar troncos para leña, que sus hijos Eddie y Walter ayudaban a acomodar.
Alyne dijo alguna vez que su intención de mantener a los hijos cerca con actividades en casa era para alejarlos de las calles y de los problemas... y su estrategia funcionó.
Walter jugó futbol americano sus tres primeros años en un equipo de una escuela de negros llamada John Jefferson High.
Su año de Senior tomó la decisión de integrarse a la escuela Columbia High, y Walter logró la transisión con éxito.
Uno de sus compañeros de entonces dijo alguna vez que a Walter los problemas raciales de los adultos nunca le hicieron daño.
Después de su preparatoria, las opciones para un jugador de raza negra eran muy limitadas al Sur de Estados Unidos, hacia finales de la década de 1960.
Escuelas como Alabama, Mississippi y Louisiana State comenzaron a reclutar negros y entonces las oportunidades se abrieron para ellos, para darse a conocer y luego emigrar a equipos de California o de la Conferencia de los Diez Grandes.
Aunque Walter decidió finalmente permanecer cerca de su casa, y seguir a su hermano Eddie, quien años má starde se convertiría en regresador de patadas para equipos de la NFL como Cleveland, Detroit, Kansas City y Minnesota.
En Jackson State, Payton tuvo una carrera colegial excelente y terminó cuarto lugar de la nación en la votación por el trofeo Heisman.
Muchos creyero que había ganado, pero el hecho de jugar en una escuela sin notoriedad como Jackson State le afectó en la votación.
Walter tuvo excelentes registros no sólo en deportes, sino académicamente también.

Sus inicios
Como cuarta selección en el draft de 1975 de la NFL los Osos de Chicago tomaron al corredor Walter Payton.
Los corredores de Chicago ya no eran lo mismo desde el retiro por lesiones por parte de Gale Sayers en 1971.
Aún es un misterio el por qué Payton fue tomado hasta el cuarto turno.
Antes que él Atlanta seleccionó al mariscal Steve Bartkowski, Dallas al tackle defensivo Randy White, y Potros de Baltimore al guardia Ken Huff.
Años después el entonces coach asistente Mike Ditka de Dallas admitió que no había tomado a Payton debido a que creía que no se adaptaría al clima de la ciudad y prefirieron tomar a White.
En su primer juego de su primera temporada como profesional, Payton acarreó ocho veces el balón para una ganancia total de cero yardas

La mitad de su carrera
Aunque la temporada de 1975 comenzó con una actuación sim méritos a destacar, la temporada al final sí arrojó números positivos.
Contra Santos de Nueva Orleans, Payton consiguió el que a la postre fue el mejor touchdown de su carrera y terminó con 134 yardas ganadas en 20 acarreos, la mejor marca para un corredor de los Osos de Chicago desde la salida del lesionado Sayers.
Walter terminó su temporada de novato con 679 yardas y siete anotaciones, los números más bajos de su carrera.
La peor marca en un juego en la carrera de Payton fue el día que no jugó, y no porque no quisiera, sino porque su entrenador no se lo permitió.
Después de eso, Payton rompió la barrera de las mil yardas ganadas en una temporada con 13 anotaciones en 1976, y fue votado el Jugador Más Valioso de la NFL en 1977.
Llevó a Chicago a playoffs después de esa temporada y consiguió en un sólo juego la marca de 275 ganadas por el número 34 de los Osos, récord que duró 27 años hasta que fue roto en el 2000.
Fue entre 1976 y 1981 que los Osos fueron reconocidos y respetados por Payton.
Payton era el espíritu de los Osos, y circularon bromas en las que decían que el plan de juego de Chicago era tan simple como: Payton por derecha, Payton por izquierda, Payton por el centro, y patada.
Es especialmente señalable el hecho de que tendría que colocarse un asterisco junto a los números finales en la carrera de Payton.
Y es que hay que recordar que a Walter le tocó, la mayor parte de su carrera, correr detrás de una línea ofensiva parchada y disminuida.
En muchos de los videos de Payton se le ve iniciar hacia el off-tackle por un lado y tener que detenerse para reiniciar su avance hacia el lado contrario ante la cantidad de defensivos penetrando, para evitar ser atrapado atrás y perder yardas.
DULZURA fue su apodo a mediados de su carrera, debido a su forma de expresarse con compañeros y medios de comunicación, pero también debido a la gracia de sus movimientos dentro del campo de juegos.
Corrió para más de mil yardas en cada una de sus temporadas de 1976 a 1981, para ganar la corona de los corredores de la Conferencia Nacional en 1979, y alcanzar el Tazón de los Profesionales ese año.
Luego de temporadas para los Osos con 8 ganados y 8 perdidos, y luego con 6 ganados y 10 perdidos, en 1981 parecía no haber mayor diversión para los aficionados de esa ciudad.
Pero Payton ayudó a que los vestidores del equipo siempre estuvieran alegres con sus constantes bromas y su exceletne sentido del humor.

La 'Era Ditka'
Muchos historiadores ponen como punto de cambio en la carrera de Payton la llegada a Chicago del entrenador Mike Ditka en 1982.
A Ditka lo señalan como el coach que cambió esa percepción de que Payton era 'El mejor jugador en un equipo de perdedores', para convertirlos en un conjunto ganador.
En su primera plática con los jugadores en la Primavera de 1982, Ditka estableció que su equipo estaría en el Súper Tazón y que algunos llegarían con él.
Esta fue la primera afirmación de confianza que los jugadores de Chicago habían escuchado de parte de un coach desde hacía muchos años.
Además de darles una actitud ganadora, Ditka, y el gerente general Jim Finks, se encargaron de formar una poderosa defensiva con jugadores como Richard Dent, Dave Duerson y Wilbur Marshall. La ofensiva encabezada por Payton tuvo armas letales en las personas del mariscal Jim McMahon, y los veloces receptores Willie Gault y Dennis McKinnon, además de una dominante línea ofensiva con Jim Covert, Mark Bortz, Jay Hilgenberg, Kurt Becker, Tom Thayer, y Keith VanHorne.
Luego de difíciles temporadas con récord de 3 ganados y 13 perdidos en 1982 y 8 ganados y 8 perdidos en 1983, Chicago pudo por fin aspirar a una postemporada en 1984.
Además de dominar la División Central de la Conferencia Nacional en 1984, Walter Payton rompió la marca del legendario Jim Brown de yardas ganadas en el tercer cuarto del sexto juego.
Al final de ese partido Payton dirigió unas palabras a todos los atletas que nunca tuvieron la oportunidad de alcanzar sus metas deportivas, para incentivarlos a volverlo a intentar.
Los Osos de Chicago terminaron esa temporada con récord de 10-6, y consiguieron su primer boleto a la postemporada desde la temporada de 1963 en Washington.
Durante el juego, Payton lanzó un pase de anotación al tight end Pat Dunsmore, para agregar este récord a sus números.
Chicago perdió el juego de campeonato de la Conferencia Nacional ante San Francisco y las cámaras observaron a un abrumado y muy decaído Payton sentado en su banca.
En la conferencia de prensa Payton admitió su tristeza, su equipo había llegado muy lejos y se avistaba un camino difícil para el siguiente año.

La temporada de 1985
Sin embargo Payton y sus compañeros pudieron levantarse para el siguiente año.
Payton lanzó un pase de anotación a su mariscal McMahon para derrotar 45-10 a Washington. DULZURA impuso récord de más juegos consecutivos con más de 100 yardas ganadas y los Osos calificaron a los playoffs.
En enero de 1986 Payton y su equipo alcanzaron su meta, ganar el Súper Tazón a los Patriotas de Nueva Inglaterra con escandaloso marcador de 46-10.
Si les preguntaron a los jugadores a quién era dedicada esta victoria, inequívocamente todos contestarían que era para Payton en tribudo de su dedicación a lo largo de su carrera.
Sin embargo y a pesar de que la victoria fue dulze para DULZURA, los Osos de Chicago consiguieron cinco de sus anotaciones por carrera, pero Payton no llevó la pelota en ninguna de esas veces.
Payton, el mejor corredor de todos los tiempos en la historia de la NFL, ganó el Súper Bowl y no pudo anotar en el juego soñado.
Y es que el esquema de Nueva Inglaterra fue construido para detener específicamente a Payton.
Ditka señalaría después que uno de sus más grandes aciertos en su carrera fue no darle la pelota a Payton en el Súper Tazón.
Tras expresar su desacuerdo, Payton simplemente dejó que las cosas tomaran su curso sin hacer más ruido, como era tradicional en él.
Payton continuó en 1986 como corredor estelar del equipo y jugó otra postemporada, pero en 1987 anunció su retiro.

Después del futbol
En 1988, Payton se integró al Comité Directivo de los Osos de Chicago.
Intentó incluso ser dueño de una franquicia en San Luis pero el plan no se concretó.
Formó un equipo de carreras de automovilismo en la CART en asosiación don Dale Coyne, y sobrevivió a un espectacular choque en una carrera en Elkhart Lake en 1993.
In 1996 fundó un restaurante llamado Walter Payton's Roundhouse, y un bar en Aurora, Illinois.
Jarrett, hijo de Walter, comenzó su preparatoria en 1995, y dio a conocer públicamente su intención de jugar soccer y no futbol americano en St. Viator High School en Arlington Heights, Illinois.
Payton apoyó esta decisión totalmente, pero Jarrett cambió del soccer al futbol americano en su último año colegial.

Su enfermedad
Tristemente cuando todos esperaban un anuncio feliz por su hijo, en 1999 Payton enfrentó a la prensa de Chicago para anunciar al mundo que había sido diagnosticado con 'PSC' (Primary Sclerosing Cholangitis), una condición que lo llevaría al cáncer de los conductos biliares en su hígado.
Repentinamente las líneas que Walter utilizaba en su carrera como 'Nunca mueras fácilmente' o 'El mañana no está prometido para nadie', le llegaron a su casa.
Payton se había sentido mal desde 1998, y fue diagnosticado en la Clínica Mayo Clinic de Rochester, Minessotta.
En febrero de 1999, Payton falleció y la ciudad entera de Chicago guardó un minuto de silencio en memoria de su estrella.
Payton dedicó sus últimos meses a alejarse de los medios como siempre lo hizo, fuera de una aparición en el estadio Wrigley Field para lanzar la primera bola de un partido de beisbol de los Cachorros de Chicago.
DULZURA estaba colocado en la lista de donadores de hígado pero a pesar de ser una figura pública no fue elevado en el orden para recibir la donación antes que otros.

Su legado
Millones de personas lloraron la pérdida de Walter Payton.
John Madden, Mike Ditka y otros jugadores elogiaron a la figura y acudieron a su funeral y miles de aficionados y junto con sus compañeros se mostraron en el Estadio del Soldado de Chicago para celebrar su vida.
Al día siguiente todos los juegos de la NFL guardaron un minuto de silencio en su memoria.
Independientemente de su legado en números para los récords de la liga, su herencia va más allá.
Connie Payton continúa operando la Fundación Walter y Connie que entre otras cosas se dedica a donar juguetes en navidad para miles de niños de escasos recursos.

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